28/01/2020

En 2007 el aclamado arquitecto de Cave Creek, Arizona, Michael P. Johnson, logró combinar el legado del movimiento de arte moderno con el minimalismo de Donald Judd en un proyecto que, al mismo tiempo, le valió para ganar el Premio Leyenda de las Baldosas de Cerámica de Italia 2008. Ahí es nada.

Se trata de una espectacular edificación de 400 m2 situada en Scottsdale, Arizona, que se abre a la naturaleza y que se caracteriza por paneles de vidrio. Estos paneles van desde el suelo hasta el techo combinados con paredes blancas. Destaca como un observatorio en el paisaje desértico de Arizona, una región donde la naturaleza es implacable y que cautiva a los amantes de los espacios abiertos.

El atractivo distintivo de su arquitectura radica en su diseño y sus volúmenes simplificados junto con un tratamiento de la superficie pensado para evitar cualquier superfluidad. Así, los edificios centran la atención del observador gracias a su destacada presencia física como parte del paisaje.

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Para este proyecto el arquitecto de Michael P. Johnson Design eligió el gres porcelánico Arkim, obra de la Cooperativa Ceramica d’Imola, como material para el revestimiento del piso. Utilizó de forma repetitiva baldosas blancas luminosas de 30 × 60 cm para mejorar el concepto de residencia/galería que el propietario de la Residencia Bradley, un renombrado coleccionista de arte moderno y contemporáneo, le había solicitado para albergar sus numerosas pinturas, esculturas y muebles de diseño.

Tanto en este caso como en el de la Residencia Ellsworth, ambos obra del mismo arquitecto, el uso de baldosas cerámicas ha aportado grandes ventajas en términos de ahorro de energía. La principal explicación es que cuando la luz solar inunda la estancia a través de los paneles de vidrio orientados al sur, proporciona un disipador de calor, lo que reduce los costos de calefacción y el consumo de energía.

 

Una obra de arte por amor al arte.